Decía Jesús Reyes Heroles, que “En política la forma es fondo”, y este martes 3 de diciembre de 2013 sirve de ejemplo para la frase. Se trató de un día muy ajetreado para la izquierda mexicana. Primero, porque se llevó a cabo una marcha por parte del Partido de la Revolución Democrática para entregar en el Senado de la República, poco más de un millón 700 mil firmas vinculatorias a la Reforma Energética que promueve el gobierno de Enrique Peña Nieto. Segundo, porque Andrés Manuel López Obrador, exmilitante del PRI, PRD y fundador del partido Movimiento Regeneración Nacional, sufrió un infarto al miocardio, situación que lo llevó a ingresar al Hospital Médica Sur, en donde le fue practicado un cateterismo cardiaco para poder liberar una arteria que se encontraba obstruida.

Cuando se esparció en las redes sociales la noticia del infarto al miocardio que sufrió López Obrador, la oportunidad que siempre ha caracterizado a Ricardo Monreal, le hizo mandar un tuit, en donde pedía que no se especulara sobre la salud del político. Acto seguido confirmó que se encontraba con bien y que más tarde se daría información y aunque ésta fluyó de manera abundante en las siguientes horas, Monreal no mandó más tuits sobre el tema, al menos hasta las 22:00 horas.

Después vino la reacción de uno de sus principales adversarios políticos, el presidente Enrique Peña Nieto, quien desde su cuenta personal se expresó de la siguiente forma:

Después vino un mensaje de Marcelo Ebrard, quien fue titular del gobierno capitalino tras la salida de AMLO. El político, sin arrobar a López Obrador, se solidarizó con el tabasqueño y su familia.

Posteriormente vino la reacción del Presidente del Partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal, Raúl Flores, quien deseó una pronta recuperación a AMLO, quien de acuerdo al reporte médico oficial, requerirá reposo durante algunas semanas.

También apareció en la línea de tiempo de la Vicecoordinadora del grupo parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna, un escueto mensaje dirigido a AMLO. Ella, al igual que Jesús Zambrano, participó en la marcha para entregar las firmas contra la Reforma Energética.

Quien de plano se tardó, fue Miguel Ángel Mancera, titular del gobierno de la Ciudad de México, quien sin arrobar al tabasqueño, lo llamó «licenciado».

Luego vino un tuit del Senador de la República por el Estado de Zacatecas, y Vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PT, David Monreal Ávila, cuyo mensaje fue centrado en el estado de ánimo que debe guardar el fundador de Morena, para recuperar su salud.

Un tuit que llamó poderosamente la atención, fue el que dirigió el expresidente Felipe Calderón, quien después de su salida del gobierno de la República, no pierde ocasión para buscar reflectores ahora que se encuentra auto exiliado, dando cátedra en el extranjero.

Por su parte Jesús Zambrano, Presidente Nacional del Partido de la Revolución Democrática y quien participó en la entrega de firmas contra la Reforma Energética, ya se había manifestado sobre el estado de salud del tabasqueño, pero reiteró su mensaje desde su cuenta de Twitter.

Desde las diferentes cuentas oficiales de los partidos políticos en Twitter, se pudieron observar diferentes expresiones, como las del PRD, que mandó su mensaje, una vez que Jesús Zambrano mandó primero el suyo, arrobándole; algo parecido ocurrió con Movimiento Ciudadano, que reaccionó hasta que ya pasaban las 19:30 horas. Por su parte el PT en su cuenta @PTdiputadosLXII, no emitió mensaje alguno al respecto, siendo una organización ligada a la izquierda.

Lo mismo ocurrió con la cuenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la del Partido Acción Nacional (PAN), la del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y la de Nueva Alianza (NA) en esta red social.

Los tuits citados anteriormente nos dejan ver que “En política la forma es fondo” y esto se traslada a las redes sociales y a su impacto en la marca personal de los «políticos aliados» y a los adversarios, porque de quienes se esperaba un mejor manejo de sus cuentas de Twitter, o no salieron los mensajes a tiempo, concretamente de los institutos políticos de izquierda, o en el ámbito personal, fueron lejanos, tibios y en algunos casos, certeros o directos.

En contraste quedan los tuits de los dos principales adversarios políticos que ha tenido López Obrador, como Enrique Peña Nieto, quien ahora sí mandó un mensaje claro, con base en el cargo que representa y Felipe Calderón, quien lo mismo opina de la selección nacional con tal de hacerse notar en México, que en desearle bien al político al que más desagrado mostró públicamente, cuando estuvo en funciones.

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